Aún recuerdo cuando cabía en ese chaleco. Los veranos eran más largos y menos calurosos. Había tiempo para leer, para ir a la piscina, para tejer y para disfrutar con los amigos.
Este chaleco tiene sus buenos quince años. Es de un hilo muy finito que compré en un mercadillo. No recuerdo que composición tenía, pero era como arrugado. El chaleco está tejido en punto de elástico, con un gran escote y unas sisas generosas. Lleva un detallito como de un bolsillito, pero en realidad es sólo un trocito de tejido cosido con el poquito hilo que me sobró. Los botones son reciclados, de la gran caja de botones que tenía mi madre.
Lo usé bastante porque era cómodo y fresquito. Poco a poco fue pasando de moda y luego pasando de talla. Hace poco lo encontré en el fondo de un baúl y me hizo gracia recordar esos días tan relajados.
1 comentario:
Tu chaleco aun mantiene el verde color brillante que debió de tener hace quince años, y tu mantienes el humor para sacarle una foto. Je,je
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